Hace falta.
Imagino que cada ser humano debe tener un lugar especial, sagrado, al cual recurre real o imaginariamente cuando hace falta respirar. Respirar en serio.
Yo tengo uno. Y es allí donde voy a buscar que el calor de la piedra virgen me abrace, que el reflejo cristalino del agua me enceguezca y el sonido del viento corriendo a sus anchas me arrulle. Hoy quisiera hacerme presente ahí. Iré sólo con mi imaginación. Cerraré los ojos. Abriré los brazos. Sonreiré mirando al cielo mientras el río me lleva. Y respiraré.
Porque hoy, me hace falta.
Foto®MarianaHernández